¿Verracos o Berracos?

por Pedro de Jesús

La Real Academia Española contempla dentro de sus objetivos fundamentales orientar el uso de la ortografía. Cada día nos preguntamos ¿cómo se escribe tal palabra?; ¿dónde se le coloca acento ortográfico a equis palabra?; ¿qué se coloca por acá, coma o punto? y otras  tantas dudas o las llamadas vacilaciones ortográficas. Aquí les dejamos algunas acepciones aceptadas por la Academia.

verraco/berraco

jeba/jeva

volá/bolá; volaíta/bolaíta; volón/bolón

Guisaso/guizazo

Ciguaraya /siguaraya

Changó/Shangó

Ochún/Oshún

oricha/orisha

Obatalá/Obbatalá

Eleguá/Elegguá

Ogún/Oggún

Babalao/babalawo

Zocato/socato

looking/luquin

livin/living

rolin/rolling

cácher/cátcher

pícher/pítcher

inin/inning

jit/hit

fao/foul

estrái/strike

jon/home

nocao/knock-out, knockout

soque/ sócket

tique/ticket

chor/short

buldózer/buldócer

friqui/friki.

pizza/piza

dientuzo/dientuso

encueruzo/encueruso

piñacera/piñasera

fajacera/fajasera

bayuceo/bayuseo

bayusero/bayucero

 

 

 

El nombre de Sopimpa

por Pedro de Jesús

De acuerdo con la investigadora Zoila Lapique en su libro Cuba colonial. Música, compositores e intérpretes, 1570-1902 (Ediciones Boloña/Editorial Letras Cubanas, 2008), La sopimpa, junto con La francesita, La chupadera, El calabazón, etc. son títulos de contradanzas santiagueras muy populares en las décadas de los 50 y los 60 del siglo XIX.
Por otra parte, según los autores de Fomento en la mano. Diccionario geográfico (Ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, 2015), el asentamiento fomentense llamado Sopimpa «se inició a principios del siglo XIX con la construcción del ingenio San José del Purial en la finca registrada en 1859 como San Marcos o Sopimpa». Curiosamente, en esa fecha la contradanza La sopimpa estaba en boga… Puede que entre ambos hechos haya una relación de causalidad. Pero es solo una especulación.
Por último, Walter Goodman, en su relato sobre la vida en Santiago de Cuba La Perla de las Antillas. Un artista en Cuba (Ed. Oriente, 2015), cuya primera edición, en inglés, es del año 1873, dice:
«La danza criolla es el baile preferido por todos […] El ritmo y el paso de la danza tienen cierto lejano parentesco con el vals lento, pero se distingue especialmente por un movimiento gracioso de las piernas, brazos y otras partes sobresalientes del tronco, al cual se le da el nombre de sopimpa o “sopeteo” del baile; y con ello se logra una excitación mucho mayor que la que es posible producir con los trois temps, o tres por cuatro del más animado compás que se haya obtenido.»
Así una canción de la época recogía el estribillo:
…¡Ay que gusto y que plasé!
¡Que cosa rica!
Ver bailar el cocoyé
Con la sopimpa….

Dejémosle ser maestros, teachers


por Dayenis López
El maestro deviene paradigma ético-moral y espejo en que se miran constantemente sus alumnos. Como bien sentenciara Luz y Caballero, “instruir puede cualquiera; educar solo quien sea un evangelio vivo”.
Por lo tanto, el educador debe ser ejemplo, desde todo punto de vista, mientras que su actuación, no solo en el aula, sino también fuera de ella, es un fiel reflejo de lo que explica en clase.
Hoy es el Día Mundial del Docente. La UNESCO dedica este día a promover la autonomía de los docentes, fortalecer y crear nuevos maestros de todas las enseñanzas. Pero, ¿qué tipo de maestros requieren nuestras aulas? ¿Cómo incentivar el amor por la docencia?
La docencia, como profesión y como pasión, es una disciplina a la que se la debe abordar con respeto y dedicación, demandando un gran compromiso por parte del maestro. Este compromiso será el contrato tácito establecido por el docente hacia su rol de comunicador, transmisor y precursor de la curiosidad del estudiante.
Desafortunadamente, esto que debería resultar como denominador común para todos aquellos que persiguen la vocación, parecería escasear en algunos, generándose como resultante personas que atentan contra la profesión. Mal llamados docentes, quienes extasiados por el aparente rol de autoridad que les confiere dicha relación de profesor – alumno, se empapan de esa jerarquización en lugar de involucrarse en el universo del estudiante y en la real dedicación que conlleva. Estos son casos que ya no se manifiestan de manera aislada, cada vez se presentan de forma más recurrente, y su evidencia radica en los mismos estudiantes y en su desarrollo de aprendizaje.
En contraposición a estos desalentadores de la profesión, aparecen aquellos a quienes sí les es legítima, y por sobre todo quienes desde sus nuevos aires renovadores hacen su aporte. Realmente hace que se transforme en una necesidad poder gestar a un nuevo grupo de docentes dentro de un circuito de profesionales ya instalados en la institución educativa. Generalmente se trata de personas de joven edad, con nuevas ideas, y entusiastas de aprender el ejercicio de la docencia.
Transitando el período de formación pedagógica, y culminando ya con la última instancia de éste, es claro notar cómo el número de estudiantes ansiosos por el ejercicio de la docencia ha disminuido. Cuba afronta un déficit creciente de profesionales del sector educacional entre otros motivos, por la falta de reconocimiento al maestro, las dificultades salariales y materiales y el despojo de su propia vocación por un cúmulo de reglas, normativas y burocracias que rigen hoy el trabajo del profesor.
Encontrar el goce en saberse como educador no sólo significa que un alumno termine con el curso de determinada materia, se trata de una dimensión aún mayor a esto, es lograr la autosuperación del sujeto, como estudiante, como individuo social, como agente de un grupo, y por sobre todo como sujeto curioso, con sed de aprendizaje, consiguiéndolo a partir de la superación de esas barreras individuales que lo limitan.

Pensando en mi gente a las seis de la mañana

Radio Rebelde reprodujo esta madrugada opiniones de los habaneros sobre el Proyecto de Constitución y alguien reafirmó: Que la gente diga lo que piensa. Y con la taza de café que despierta el día empecé a escribir otra opinión, la mía, que la palabra empeñada no quede en letra muerta. Que el tiempo finito se multiplique en obras infinitas y cambios en el horizonte. De lo contrario, pienso y tengo dudas que los guajiros de mi pueblo podamos creer que un municipio como Fomento sea un día un tín autónomo, mientras sigue perdiendo producciones y servicios mientras a otros en el país se les incrementan los panes y los peces, para no escribir otras sensibilidades locales que taladran a mis amigos y conocidos. Regreso a una idea de Martí que venero: hacer es la manera de decir.

No podemos interpretar las opiniones de los constituyentes como las miradas de los otros, sino ponernos en el rol de los otros, en su historia que no difiere tanto a la nuestra, para entender sus miradas. Eso debe primar en la llamada #ReformaConstitucional, la visión cualitativa de la nación inmersa en transformaciones profundas, paradigmáticas y únicas en el mundo, y no la cuantificación subjetiva de un objeto en análisis bajo el prisma militante.

Tengo la convicción que seremos lo suficientemente sabios para pensar como lo hubieran querido los grandes hombres y mujeres de la historia patria. Lo que se debate y está en juego no es la aprobación de un artículo, ni la definición solamente de una palabra, ni el posicionamiento de un sistema. Está emplazado mucho más. Quienes trazan la ley de leyes están obligados a dejar atrás todo posible acuse de mirada economicista u ortodoxa de una Carta que nunca en la historia de la República se había estudiado y conocido tan al detalle por sus habitantes. Están equivocados quienes piensan que en ello solo nos va la paz y seguridad con que vivimos gracias a la obra que nació con la Revolución, o que se puede perpetuar en sacra letra la jerarquía de un modo de ver el mundo.

Creo que en la Reforma de la Carta nos va mucho más.  Cuba vive días históricos, hagamos de ellos la simiente de un lugar mejor para vivir. La gente no cree en las cosas por que le escriban y le digan sobre ese u otro caso, la gente cree y crea para preñarse y parir sus sueños cuando estos, que son por los que lucharon nuestros padres y nuestros abuelos, se hacen realidad. Eso es lo que le debemos a Fidel, a su concepto magistral de Revolución y a las generaciones que asumirán la escritura del mañana que delineamos hoy en #HacemosCuba.

 

¿Y el embarazo andando?

-No camines apurada. Tengo mareos.
-Será un efecto del metronidazol. ¿No dices que le sobran bichos a tu barriguita?
-¿Barriguita? ¿Me ves más gorda?
-No, mija, te veo igual.
-Es que ahora me acuerdo que desde julio no tengo la regla.
-Bah, como si eso fuera extraño, doña Despiste… A ver, ¿te duelen los senos?
-Sí, me duelen… Pero son los quistes.
-¿Y si son los síntomas primeros de la menopausia? A unas mujeres la menstruación les dura hasta los cuarentitantos, y conozco otras que la tienen hasta los sesenta.
-¿Y en qué grupo me ves?
-En el de las bailaoras del majá, siempre rodeada de bichos.
-Hazme caso, chica. Esta semana, cuando fui a comprar las íntimas, la de la farmacia me echó en cara que llevaba dos meses sin cogerlas. Ahí caí en la cuenta de que no tenía marcadas las crucecitas en los meses de agosto y septiembre.
-¿Y desde cuándo tú tienes pareja? Que yo sepa tú estás enamorada de las plantas, los libros y los tejidos.
-¿Y si me embarazaron la savia entre el intertexto y el entresacabocao?
-¡Bah! Ese es el metronidazol, muchacha, no la revuelvas más.