Cuba: Tras las historias del Che Guevara en Fomento

por Prensa Latina

Fomento – El poblado de El Pedrero, en la cordillera del Escambray, al centro de la Isla, resguarda con orgullo algunas de las historias más humanas vividas por Ernesto Che Guevara durante los últimos años de la lucha independentista cubana. Leer más de esta entrada

El nombre de Sopimpa

por Pedro de Jesús

De acuerdo con la investigadora Zoila Lapique en su libro Cuba colonial. Música, compositores e intérpretes, 1570-1902 (Ediciones Boloña/Editorial Letras Cubanas, 2008), La sopimpa, junto con La francesita, La chupadera, El calabazón, etc. son títulos de contradanzas santiagueras muy populares en las décadas de los 50 y los 60 del siglo XIX.
Por otra parte, según los autores de Fomento en la mano. Diccionario geográfico (Ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, 2015), el asentamiento fomentense llamado Sopimpa «se inició a principios del siglo XIX con la construcción del ingenio San José del Purial en la finca registrada en 1859 como San Marcos o Sopimpa». Curiosamente, en esa fecha la contradanza La sopimpa estaba en boga… Puede que entre ambos hechos haya una relación de causalidad. Pero es solo una especulación.
Por último, Walter Goodman, en su relato sobre la vida en Santiago de Cuba La Perla de las Antillas. Un artista en Cuba (Ed. Oriente, 2015), cuya primera edición, en inglés, es del año 1873, dice:
«La danza criolla es el baile preferido por todos […] El ritmo y el paso de la danza tienen cierto lejano parentesco con el vals lento, pero se distingue especialmente por un movimiento gracioso de las piernas, brazos y otras partes sobresalientes del tronco, al cual se le da el nombre de sopimpa o “sopeteo” del baile; y con ello se logra una excitación mucho mayor que la que es posible producir con los trois temps, o tres por cuatro del más animado compás que se haya obtenido.»
Así una canción de la época recogía el estribillo:
…¡Ay que gusto y que plasé!
¡Que cosa rica!
Ver bailar el cocoyé
Con la sopimpa….

Pensando en mi gente a las seis de la mañana

Radio Rebelde reprodujo esta madrugada opiniones de los habaneros sobre el Proyecto de Constitución y alguien reafirmó: Que la gente diga lo que piensa. Y con la taza de café que despierta el día empecé a escribir otra opinión, la mía, que la palabra empeñada no quede en letra muerta. Que el tiempo finito se multiplique en obras infinitas y cambios en el horizonte. De lo contrario, pienso y tengo dudas que los guajiros de mi pueblo podamos creer que un municipio como Fomento sea un día un tín autónomo, mientras sigue perdiendo producciones y servicios mientras a otros en el país se les incrementan los panes y los peces, para no escribir otras sensibilidades locales que taladran a mis amigos y conocidos. Regreso a una idea de Martí que venero: hacer es la manera de decir.

No podemos interpretar las opiniones de los constituyentes como las miradas de los otros, sino ponernos en el rol de los otros, en su historia que no difiere tanto a la nuestra, para entender sus miradas. Eso debe primar en la llamada #ReformaConstitucional, la visión cualitativa de la nación inmersa en transformaciones profundas, paradigmáticas y únicas en el mundo, y no la cuantificación subjetiva de un objeto en análisis bajo el prisma militante.

Tengo la convicción que seremos lo suficientemente sabios para pensar como lo hubieran querido los grandes hombres y mujeres de la historia patria. Lo que se debate y está en juego no es la aprobación de un artículo, ni la definición solamente de una palabra, ni el posicionamiento de un sistema. Está emplazado mucho más. Quienes trazan la ley de leyes están obligados a dejar atrás todo posible acuse de mirada economicista u ortodoxa de una Carta que nunca en la historia de la República se había estudiado y conocido tan al detalle por sus habitantes. Están equivocados quienes piensan que en ello solo nos va la paz y seguridad con que vivimos gracias a la obra que nació con la Revolución, o que se puede perpetuar en sacra letra la jerarquía de un modo de ver el mundo.

Creo que en la Reforma de la Carta nos va mucho más.  Cuba vive días históricos, hagamos de ellos la simiente de un lugar mejor para vivir. La gente no cree en las cosas por que le escriban y le digan sobre ese u otro caso, la gente cree y crea para preñarse y parir sus sueños cuando estos, que son por los que lucharon nuestros padres y nuestros abuelos, se hacen realidad. Eso es lo que le debemos a Fidel, a su concepto magistral de Revolución y a las generaciones que asumirán la escritura del mañana que delineamos hoy en #HacemosCuba.

 

Funcionarán 72 colegios mañana en las elecciones en #Fomento #Cuba.

Foto. Roberto Rivero

Foto. Roberto Rivero

Desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde estarán abiertos un total de 72 colegios mañana en el desarrollo de las elecciones generales en las circunscripciones del municipio de Fomento, Sancti Spíritus cuando están convocados a las urnas cerca de 25 mil electores. Leer más de esta entrada

María de la Caridad Martínez, la joven del escudo de Fomento Cuba

Por Bárbaro Pérez Colina,

La historia conserva en sus páginas la actitud de mujeres a toda prueba.

Fomento también tiene sus mujeres heroicas. Hoy hablaremos de una, que si bien no es la única, si fue de las primeras en inmolarse en el altar de la patria.

Era María de la Caridad,– Mariquita, como la conocían todos en el poblado– hija de Don José Francisco Martínez y Doña Dolores Martínez, el primero, rico hacendado de la comarca, comprometido desde un principio con la causa independentista junto a familiares y amigos. La segunda, amorosa madre, entregada a las labores propias del hogar.

Al estallar la revolución en las Villas, José Francisco y su hermano, junto a un grupo de patriotas locales, se pronunciaron a favor de la guerra en Jumento el 7 de febrero de 1869. Como fue usual en aquellos primeros tiempos, toda la familia siguió al jefe insurrecto a la manigua, para no quedar bajo la tutela española. Pronto los cubanos establecieron campamento en el lugar llamado Guayabal Bajo, perteneciente a la hacienda El Ñame, cuya propiedad pertenecía al padre de María Caridad y, sitio donde se improvisó el campamento cubano.

Cuenta la historia que un esclavo de los que acompañó a José Francisco en el alzamiento, después de desertar, se presentó a las autoridades españolas y los denunció.

El día 17 de febrero de 1869 una columna española compuesta por el batallón de infantería Isabel II, al mando del teniente coronel Báscones, partió del cuartel de infantería (hoy Museo Municipal) con el objetivo de sorprender y aniquilar el campamento mambí. Leer más de esta entrada